en dos siglos, la principal potencia económica del mundo será un país no democrático;



China ha incrementado su gasto militar en un 189% entre 2001 y 2010, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo. Pekín gastó 120.000 millones de dólares en 2010. EE UU, que tras el 11-S también aumentó mucho la inversión militar, seguía entonces muy por delante, con 700.000 millones de gasto. Pero mientras uno avanza a ritmo de vértigo, el otro aplica ahora grandes recortes.
En todo caso, el quid de la cuestión es que la carrera no se limita a la titánica rivalidad entre Washington y Pekín. Su empuje arrastra a los demás en la región, como evidencia el anuncio, días atrás, de que India ha preseleccionado al fabricante francés Dassault para un contrato de compra de 126 aviones de combate. India aumentó el gasto militar un contundente 54% en la última década; Australia lo hizo en un 49%, y Corea del Sur, un 45%. Gran parte va dirigido a fuerzas navales.
La proyección china en los mares, su hambre de recursos, sus múltiples reivindicaciones territoriales, su metódica construcción de alianzas y el desarrollo de puertos y bases navales en el arco que va del golfo Pérsico hasta Extremo Oriente despiertan un obvio recelo en la región, más allá de los históricos puntos conflictivos (la península coreana, Taiwán, territorios en disputa con India).
Zhang Zhijun, viceministro de Exteriores chino, utilizó en Múnich un tono enfático para garantizar que “China no busca establecer zonas de influencia”. “Llevamos tres décadas en paz, y hemos resuelto a través del diálogo disputas territoriales con 12 países vecinos. Siempre se habla de la tensión en el mar del sur de China, pero: ¿ha habido alguna guerra o interrupción del tráfico ahí?”, preguntó. “Nosotros somos los primeros interesados en la estabilidad y en el libre y seguro flujo de las mercancías”, añadió.
El senador John McCain reprochó, sin embargo, a Pekín varios episodios de hostilidad hacia buques estadounidenses o intereses vietnamitas. Y la represión a los disidentes. Zhang contestó secamente que China “no acepta ninguna interferencia en los asuntos internos”. Después de la retórica oficial de no confrontación, emergía en ese pique dialéctico la dura naturaleza de una relación que no es otra cosa que la disputa por la futura hegemonía en el planeta. Y alrededor de los gigantes, bailan los demás. En Asia.
En Europa, en cambio, se intenta salir de la UCI económica. El gasto militar europeo está estancado desde hace años, y ahora en contracción. Así, si Europa occidental destinaba a esa partida en 2000 más del doble que Asia oriental y Oceanía (287.000 frente a 136.000 millones de dólares), en 2010, prácticamente estaban a la par: 295.000 frente a 262.000 millones.
En cualquier caso, el futuro será mucho más contundente. Australia ha planificado un gasto en armas de casi 300.000 millones en los próximos 20 años; prácticamente todos los países de la región han planificado cuantiosas compras para contener el predominio chino. Analistas del sector estiman que las naciones asiáticas adquirirán 111 submarinos en las próximas dos décadas. Hasta el pequeño Singapur figura entre los 10 principales importadores de armas del mundo.

Mientras

China se ha revuelto contra las críticas de la comunidad internacional y ha asegurado que el veto de Pekín y Moscú el sábado a la resolución de la ONU contra Siria pretende evitar más “turbulencia y muertes” en el país de Oriente Medio. En un comentario publicado hoy, la agencia oficial Xinhua afirma que el veto está “destinado a profundizar en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis crónica siria y evitar posibles soluciones drásticas y arriesgadas”. Se trata de la segunda vez que ambos países bloquean una decisión de la ONU sobre Siria desde que comenzó la violencia hace un año. “Rusia y China creen que hace falta dar más tiempo y tener más paciencia para lograr una solución política a la crisis siria, lo que evitaría más turbulencia y muertes”, señala la agencia.

Despues

El ejército del presidente sirio, Bachar el Asad, ha bombardeado hoy intensamente la ciudad central de Homs, donde al menos 50 personas han muerto esta mañana, informó la Comisión General de la Revolución Siria. Un corresponsal de la BBC informa de que los ataques se reanudaron temprano por la mañana con disparos de morteros a una cadencia de hasta cada 30 segundos en algunas ocasiones. Los rebeldes responden con fuego de armas ligeras, absolutamente inútiles frente al despliegue de las fuerzas del régimen.
El grupo opositor destacó que las fuerzas armadas están atacando los barrios de Bab Amro, Al Bayada, Jalidiya y Al Waer con artillería y proyectiles de mortero. Por el momento, Bab Amro es el barrio más afectado con al menos siete muertos por el bombardeo, que ha alcanzado un hospital de campaña.

Al final   malditos bastardos chinos y rusos

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