Fidel Castro tiene más delitos de Sangre que pelos en la cabeza



un nuevo libro con sus memorias, en un acto público del regimen totalitario.

Según informaron este sábado los medios oficiales, el líder de la revolución cubana, de 85 años y retirado del poder desde 2006 por enfermedad, conversó durante unas seis horas con los invitados a la presentación, que tuvo lugar este viernes, de los dos tomos de «Guerrillero del tiempo», obra de la escritora y periodista Katiuska Blanco.
Se trata de su primer acto en público desde abril de 2011, cuando asistió a la clausura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) donde su hermano, el general Raúl Castro, le relevó al frente de la organización.
Las nuevas memorias de Fidel Castro, que suman casi mil páginas, abren con los primeros recuerdos de su infancia y se cierran en diciembre de 1958, en vísperas al triunfo del movimiento guerrillero que derrocó al dictador Fulgencio Batista, informa Efe.
Vestido con chaqueta deportiva y camisa de cuadros, según las fotos publicadas en los periódicos cubanos y en la web oficial Cubadebate, Fidel Castro se refirió a diversos temas durante el acto en el que estuvieron presentes destacados intelectuales cubanos, así como el ministro de Cultura, Abel Prieto.
Habló, según los medios oficiales, de la equivocación de creer que en el socialismo los problemas económicos estaban resueltos, de su profunda oposición a la enseñanza de pago o de asuntos internacionales como el contencioso de Las Malvinas, «ese pedazo de tierra arrebatado a Argentina», según dijo.

 

Elogios a su aliado Chávez

También dijo seguir con particular detalle la situación en Venezuela y, coincidiendo con la conmemoración del fallido intento de golpe en 1992, destacó de su aliado Hugo Chávez que «nunca nadie hizo más por el pueblo venezolano que el movimiento bolivariano».
No faltaron las referencias a las «terribles amenazas» que se ciernen sobre Siria e Irán, mientras Estados Unidos y Europa, dijo, pretenden convencer a Rusia con la «ridícula idea» de un escudo antimisiles para proteger ese país.
A lo largo de ese acto público de Fidel Castro -el primero del que se tiene noticia en este año- se interesó por la situación de los cinco agentes cubanos condenados a prisión en Estados Unidos e incluso conversó por teléfono con uno de ellos René González.
Fidel Castro no descartó seguir escribiendo: «Tengo que aprovechar ahora porque la memoria se gasta», dijo.
Tras seis horas de conversación Castro -según la información del diario «Granma»- lamentó que finalizara y dijo haberse sentido muy feliz, pero añadió que él es un «colaborador» de los médicos que lo atienden.
En julio de 2010 Castro volvió por sorpresa a la escena pública después de cuatro años de convalecencia por la grave enfermedad que le obligó a delegar la presidencia de Cuba en su hermano Raúl en 2006. A partir de esa fecha, ha participado con frecuencia irregular en reuniones, visitas, actos y encuentros con periodistas cubanos y extranjeros.

 El asesino con rostro
El dictador de Cuba, Fidel Castro, se ha apropiado, voluntaria y gradualmente, de pesados títulos honoríficos. En su autocracia, él es secretario general del Partido Comunista y presidente tanto del Consejo de Ministros como del de Estado. Por añadidura, es Comandante absoluto del país  y, aún más importante, es tratado como Presidente de Cuba. El que ningún poder le sea ajeno al Máximo Líder, le hace especial y personalmente culpable de muchos de los asesinatos y muertes que han enrojecido la historia de Cuba tras la toma revolucionaria del poder por los barbudos en 1959.
Poco después del triunfo, el nuevo régimen organizó, por ejemplo, los llamados tribunales revolucionarios. Los órganos oficiales comunicaron que estos estaban destinados a condenar a los batistianos que habían cometido serias violaciones contra la población civil. Prontamente aquellos juzgados se transformaron, empero, en meros instrumentos para deshacerse de disidentes y opositores. Tan sólo durante los primeros seis meses se ejecutaron, tras insuficientes juicios, a 700 personas. A tal grado el régimen castrista distaba de un estado de derecho que medianamente desempeñase, que la Comisión Internacional de Juristas, tan temprano como en 1962, dedicó un informe detallado, Cuba and the Rule of Law, a los sistemáticos atropellos a los derechos humanos y libertades fundamentales. Leslie Munro, ex presidente de la Asamblea General de la ONU, precisó en la introducción: “En menos de dos años [después de la toma del poder], es decir, en 1961, el establecimiento de un régimen totalitario ha sido completado, proclamando Fidel Castro, retrospectivamente, el carácter marxista-leninista de la Revolución Cubana”. Ya para entonces Fidel Castro era equiparado con el anterior dictador, Fulgencio Batista. 
Ejecuciones masivas
Poco a poco se cementó un orden social comunista, basado en el tristemente célebre terror rojo. El llamado Código Penal Socialista, que aún hoy contiene una treintena de parágrafos que estipulan la pena capital, devino en herramienta importante en manos de los comunistas. El régimen ha utilizado rigurosamente los capítulos sobre la seguridad interna y externa del estado para liquidar a opositores políticos. “Terrorismo”, “sabotaje”, “espionaje”, “ayuda al enemigo”, “sedición”, “revuelta”, son algunas de las infracciones que los gobernantes han utilizado en farsas judiciales. Los investigadores cuentan con que más de 5 mil cubanos han sido fusilado por motivos políticos (en total entre 17 y 19 mil, si se incluyen todas las categorías). Acorde a las normativas cubanas, cada pena de muerte es aprobada por el Consejo de Estado, el cual, como se ha dicho arriba, es dirigido por Fidel Castro en persona. Por ende, este no puede contar con ser eximido de las responsabilidades relacionadas con esta matanza de oponentes políticos. Encima, se supone que aproximadamente mil disidentes y prisioneros de conciencia han fallecido en el GULAG cubano, en parte debido a la brutalidad de los carceleros, a la denegación de asistencia médica, así como a los suicidios.
En guerra por la influencia del comunismo mundial
Asimismo, miles de cubanos han muerto en acciones bélicas fuera de las líneas fronterizas de su país natal. Cuba es, por ejemplo, el único país en la historia de Latinoamérica que oficialmente ha enviado militares fuera del continente americano. A nombre del internacionalismo proletario, Castro envió tropas a casi todos los focos de guerras en África (Congo, Etiopía, Angola, Somalia, Argelia, etc.). Se calcula que entre 10 y 12 mil cubanos han fallecido debido a participación en guerras imperialistas que buscaban ensanchar la influencia del comunismo mundial. Para que los cubanos fuesen enviados al frente, el régimen invocó a favor de las intervenciones lazos étnicos con África de más de 500 años de antigüedad. La mayoría eran jóvenes de color los cuales no podían negarse puesto que, de lo contrario, el aparato represivo los destruía totalmente.
Conflictos bélicos en la región
De la misma forma, Cuba, la pequeña superpotencia caribeña, con Fidel Castro a la cabeza, apoyó durante muchos años a movimientos guerrilleros en Latinoamérica. Especialmente con el respaldo de Moscú que veía a la isla como “catalizador del poder revolucionario en los estados latinoamericanos”. Los militares cubanos tomaron parte en muchos de los conflictos bélicos de la región, no pudiendo nadie con exactitud decir cuántas vidas cubanas se cobró en ellos. Mera indicación recogemos en la enciclopedia Latinamerican revolutionaries – Groups, Goals, Methdos, una guía completa de agrupaciones guerrilleras y terroristas que recibieron ya sea armas, asesoramiento logístico, apoyo financiero o político, y cuyos miembros se entrenaron en la isla. En total se trata de 36 agrupaciones en 13 estados diferentes. Fidel Castro, en calidad de Comandante en Jefe, carga con la culpa por quienes perdieron la vida en suelo extranjero, puesto que el pueblo cubano nunca ha dado su consentimiento democrático a tal beligerancia fuera de las fronteras de la nación.
100 mil desaparecidos en el mar
La mayoría de los cubanos que han expirado a consecuencia del régimen castrista se han ahogado o han sido consumido por tiburones sanguinarios en el Estrecho de la Florida. Aproximadamente 100 mil cubanos se computa han desaparecido en el por lo demás maravilloso Mar Caribe intentando conseguir la libertad. Cuando en el verano de 1998 por primera vez visité la Florida, el matutino El Nuevo Herald mostraba una exposición titulada De Camarioca a Guantánamo: 90 millas de historia, la cual trataba sobre recurrentes y conmovedoras olas masivas de refugiados desbandadas de la fortaleza comunista. En aquella oportunidad pude ver las frágiles embarcaciones que los balseros ingeniaban para huir de la isla paradisíaca, además de imágenes pavorosas de personas que habían perdido una u otra parte del cuerpo, asimismo como de gentes demacradas que milagrosamente sobrevivían la fuga. [En la sección Galería de Fotos de esta home page  puede elegir el tema De Camarioca a Guantánamo: 90 millas de historia para ver instatáneas de la mencionada muestra].
“El Muro de los Lamentos”
Lo que más me impresionó fue, no obstante, un modesto mural que, a modo de paralelo con la historia de los ebreos, se llamaba “El Muro de los Lamentos”. En el mural podían leerse cientos de concisas notas manuscritas. Aquellos papelitos amarillentos relataban sobre cubanos que se habían echado a la mar y cuyos parientes en Cuba y/o en los Estados Unidos desconocían si habían soportado la mortal travesía. Carlos Alberto Montaner, exiliado cubano y notable ensayista, escribe en Cuba the country of 13 million hostages que “la valentía y el coraje del pueblo son determinadas por la fuerza, la ferocidad y la falta de escrúpulos del adversario”. Que los cubanos aventuren lo más valioso que tienen, su propia vida y la de los más cercanos, es justamente por que consideran sin chances el medir fuerzas con la maquinaria represiva del régimen. Aunque jurídicamente sea complicado adscribirle a Fidel Castro la culpa de esos fallecimientos, el juicio moral de pueblo cubano, una vez liberado, caerá despiadadamente sobre el tirano que levantó dicho sistema totalitario.
La Historia nunca absolverá a Castro 
A modo de conclusión se puede constatar que Fidel Castro, sistemática y consecuentemente, ha expedido a, y contribuido al fallecimiento de, miles de ciudadanos cubanos. Los llamados tribunales revolucionarios y el llamado Código Penal Socialista, las aventuras bélicas imperialistas de ultramar, así como el desesperado escape de súbditos del estado comunista, represivo y sin porvenir, han sido alguno de los mecanismos, directos o indirectos, empleados en esta matanza masiva. Esto, naturalmente, convierte a Fidel Castro en un asesino. La Historia nunca lo absolverá.
Esta es la residencia principal de Castro llamado "Punto Cero" (Punto Cero), donde vive con su esposa Dalia Soto del Valle y sus cinco hijos. La casa dispone de un túnel que va todo el camino hasta el aeropuerto de Baracoa militar. Hay un garaje subterráneo con

espacio suficiente para guardar todos los Mercedes Benz que son utilizados por el dictador. Detrás de la casa hay un búnker subterráneo de Castro y sus generales, que está equipado con todo, desde los generadores a un equipo sofisticado para detectar la radiactividad, donde pueden permanecer durante 24 meses sin necesidad de salir. Además, tiene una bonita piscina también! No está mal para un tipo que, según él, hace menos de 50 dólares por mes. Debe ser un gran ahorro! Según El Heraldo de hoy Nuevo, la información sobre la ubicación de la residencia principal de Castro ha sido publicada en Internet por personas que probablemente desertaron del régimen cubano y que coincide con la información que posee la comunidad de inteligencia de EE.UU..

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