Historia de estado de bienestar sin los pobres



   Los factores político existentes hacen demagogia
El Estado no crea riqueza. Se limita a gestionar el dinero que quita a los ciudadanos a través de los impuestos, pero no es capaz de generar riqueza.
Toda la riqueza la crean los ciudadanos, de forma individual o asociándose a través de empresas privadas, cooperativas, etc.
Para generar riqueza se necesita, entre otras cosas, dinero. Cuanto más dinero tengan aquellos que sean capaces de generar riqueza más riqueza podrán crear, y más rápidamente lo harán. Por tanto, cuanto más dinero tengan los ciudadanos en su poder más riqueza generarán y más aumentará el nivel de vida de toda la población.
Cuanto más dinero quite el Estado a sus ciudadanos, que son los que lo han generado, menos dinero disponible les quedará a estos para poder generar nueva riqueza, lo que afectará negativamente al nivel de vida de toda la población.
El problema se agrava porque el Estado no sólo no crea riqueza, sino que ha demostrado a lo largo de la Historia y en todos los rincones del planeta que es muy mal gestor. Y un mal gestor, inevitablemente, destruye riqueza, que es lo mismo que crear pobreza.
Imaginemos que una parte muy importante del dinero ganado por todos lo miembros de una familia es entregado a aquel miembro de la familia que menos controla el presupuesto y más gastos absurdos e innecesarios realiza. ¿Cómo será el futuro financiero de esa familia?. Evidentemente malo. ¿Y qué pasaría si al detectar que su situación económica es mala entregasen un mayor porcentaje de sus ingresos al mismo miembro que ha malgestionado el patrimonio familiar en los últimos años?. Claramente su situación empeoraría. El “manirroto” de la familia es el Estado, y los que le entregan su dinero para que lo malgestione son todos los ciudadanos y empresas de dicho Estado. Para que esta familia pudiera salir del bache y mejorar su futuro económico lo que debería hacer es no dar más dinero al que les ha arruinado y gestionar ellos mismos todo el dinero que ingresen.
Parece absurdo y ridículo, y lo es, que los miembros de esta familia decidan dar más dinero a la persona que les ha arruinado para intentar salir de la situación en la que se encuentran. Pero es la solución que se ha adoptado en muchas ocasiones cuando un país se ha enfrentado a una crisis, con muy malos resultados como es lógico.
Ante una crisis económica surgen 2 posturas enfrentadas:
  • Subir los impuestos para dar más dinero al Estado y que aumente el gasto público, las subvenciones, etc.
  • Bajar los impuestos para dar menos dinero al Estado y que deje de destruir riqueza. El dinero que deja de darse al Estado lo utilizarán los ciudadanos y empresas privadas para generar riqueza nueva y salir de la crisis.
Cuando se ha optado por subir los impuestos las crisis han sido mucho más largas y profundas y con peores consecuencias para toda la población. En los casos en que se han reducido los impuestos las crisis han sido mucho menos profundas y duraderas. Exactamente igual que pasaría con la familia del ejemplo. Y cuanto más dinero se le da al Estado más probable es que aparezca una crisis.
El Estado tiene que llevar a cabo unas funciones básicas (Seguridad, Justicia, Defensa, ...) y para eso necesita algo de dinero. Pero ese “algo” es una fracción mínima de lo que actualmente cualquier Estado quita a sus ciudadanos. Todo lo que el Estado reciba por encima de ese mínimo necesario será dinero que ya no va a generar más riqueza, y por tanto afectará negativamente al nivel de vida de toda la población. La riqueza no se mantiene estable, o se crea o se destruye. Todo lo que no crea riqueza la destruye, que es lo mismo que crear pobreza.
Si el Estado generase riqueza la solución sería que toda la población trabajase para el Estado, solución que se ha probado en varios países y siempre con unos resultados calamitosos.

   solo convergen en su propio interés.
Cuanto más dinero gestiona un Estado más riqueza destruye y más aumenta el número de pobres.
¿Qué es el estado de bienestar?

Pleno empleo
La premisa básica dice que si se quiere mantener una economía vigorosa, es necesario que todas las personas deben ser productivas, y en caso la iniciativa privada no sea capaz de cubrir la demanda de mano de obra, el Estado debe proporcionar las fuentes de empleo necesarias para suplir la falta de puestos de trabajo. “El empleo para todos, estable y protegido constituye la fuente primaria de protección para los trabajadores y sus familias”[8].

Solidaridad sistemática
Consiste en asegurar la “protección social” de aquellos individuos que por cualquier motivo no hayan sido capaces de insertarse en la sociedad; por ejemplo indigentes. Lo que se busca es generar de forma automática la asistencia para este tipo de personas, ya que son considerados víctimas del sistema y por eso es obligación del Estado el cuidarlos.

Legislación laboral
Una vez establecido el pleno empleo, es necesario crear la legislación pertinente que garantice la estabilidad laboral, tanto para evitar despidos injustificados, como disminuir todo tipo de abusos por parte de los empresarios, además de propiciar que los trabajadores reciban el “salario justo” que les permita mantener una vida digna.

Sistema de seguridad social
Todo Estado que se precie de promover el bienestar entre los desvalidos; en otras palabras ser “solidario” con los más pobres, no puede dejar de lado un programa de seguridad social el cual brinde asistencia en: salud, educación, vivienda, programas de retiro por vejez o invalidez, además de un programa de subsidio por desempleo, etc. El fin de este paquete asistencialista, es facilitar el acceso de estos servicios a todos aquellos que; debido a su idiosincrasia, no tendría  la posibilidad de hacer uso de ellos de otra forma, o que debido a su realidad, no verían como necesario tomar las medidas pertinentes para evitar futuras complicaciones.

En síntesis, el Estado Benefactor solamente interviene; directa o indirectamente, en la economía del país, y crea programas sociales para garantizar el bien común de los ciudadanos, para lo cual estos únicamente deben pagar una tasa impositiva mayor a la que les correspondería si fuesen ellos mismos los que se proporcionaran este tipo de servicios.

La pobreza no tiene fronteras, no tiene pasaporte y lo que se necesita para luchar contra la pobreza es voluntad. No existe gobierno que no pueda invertir en reducir la pobreza. Todo depende de su voluntad, y nosotros desde el inicio de gobierno, hace ya  meses le apostamos a la Cohesión Social”.

Tienen además el efecto perverso de alimentar una dependencia con el Estado que termina por hacer mucho peor la situación de los pobres, pues favorecen conductas poco responsables que en nada ayudan a que generen más riqueza, manteniéndolos así en una condición subordinada y poco propicia para su superación”

.“los impuestos se recaudan para redistribuir la riqueza. Es el mecanismo democrático para que los que tienen menos tengan más y así todos tengamos más”.

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