SE TERMINAN LAS VACACIONES COMO VOY A SER FELIZ



Y aquella  girl que conocí en la playa tan hermosa  no si si era eslava o griega, pero que 
tragedia la mía  amores de verano .

Para algunos no es nada dramático o se queda simplemente en el fastidioso´

que, aunque sea difícil de llevar, no suele durar más de unos días.
Para otros, llega a ser un verdadero apocalipsis o quizás un nuevo comienzo.
Hay quienes aprovechan para poner en marcha los propósitos o las resoluciones que han tomado: aprender un nuevo idioma, ir al gimnasio, coleccionar esas casitas de muñecas que anuncian en televisión, etc.
Volver a la rutina se hace duro. ¡Necesitamos un aliciente!
Pero no queda ahí la cosa. También la vuelta de las vacaciones se presta a dejar a la pareja porque, durante el verano, nos hemos dado cuenta de que el amor se ha extinguido.
Tantas horas compartidas han provocado roces insalvables en la convivencia. No es casualidad que el mayor número de separaciones se de entre septiembre y octubre
Si has disfrutado de las vacaciones, asimila que te esperan, con los brazos abiertos, pequeños o grandes cambios.
También te esperan tus proyectos y tus ratos para divertirte. Habrá muchos buenos momentos, si haces sitio para ellos.
Ya sea tu vuelta a la rutina apacible o revolucionaria, trata de hacerte el proceso más fácil. Quédate siempre con lo bueno.
 El síndrome postvacacional no es una enfermedad, pero como si lo fuera.
El síndrome postvacacional es tan sólo una dificultad para adaptarse al trabajo después de haber disfrutado de un período de descanso más largo de lo habitual.
Suele traducirse en síntomas como: ansiedad, insomnio, irritabilidad, astenia, apatía, problemas digestivos, etc. No todo el mundo lo padece, aunque en general sea difícil volver a adaptarse al trabajo y, entre aquellos en los que sí cargan con él, los síntomas suelen ser distintos.
Hay mayores probabilidades de padecer el temido síndrome postvacacional si se produce un cambio brusco en el ritmo que mantenemos de un día para otro. Por lo tanto, aquí tenemos algunas recomendacionespara evitarlo:
  • Si es posible, dividir el período de vacaciones en caso de que éste sea largo. Por ejemplo, si son treinta días en total, optar por irnos de vacaciones en dos períodos de quince días.
  • Si hemos salido de viaje, regresar un par de días o tres antes de comenzar a trabajar, para ir adaptando horarios.
  • Si no hemos salido de viaje, lo mismo (reajustar los horarios), pero más fácil al no haber cambiado de entorno.
  • Una vez en el puesto de trabajo, tomarlo con calma. Nuestro rendimiento mejorará en cuestión de un par de días. No nos atosiguemos.
  • Una buena comunicación con nuestros colegas de trabajo también ayuda.
Por último, el más importante de todos: actitud positiva. Nada de torturarse pensando en la cantidad de meses que nos quedan hasta las próximas vacaciones o de comenzar a tachar los días en el calendario para ver cuándo es el próximo puente. Esto ya son ganas de sufrir…
Hemos de aprovechar el momento presente y encontrar oportunidades de pasarlo bien en el día a día.
Si no te consuela este pensamiento, piensa que el síndrome postvacacional sólo dura unas dos semanas por término medio. Pronto pasará.


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