EL MUNDO SE CONVERTIRÁ EN UN FRIGORÍFICO DESDE EL 2014



Científicos de la Academia de Ciencias de Rusia aseguran que el fenómeno de enfriamiento ya ha se ha iniciado y se sentirá con toda su intensidad en 2055. La temperatura, afirman, comenzará a bajar bruscamente a partir de 2014. 
El hombre moderno vivió su propia ‘miniglaciación’ entre el siglo XVI y XIX. Según ha podido comprobarse la temperatura media del hemisferio norte sufrió un descenso de un grado. Nada comparado a lo ocurrido en el Pleistoceno. Pero ¿puede ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de los expertos, ateniéndose a los procesos cíclicos acontecidos a lo largo de la vida de la Tierra, es afirmativa. La cuestión es saber cuándo sucederá.

A lo largo de las cinco eras en las que se divide su existencia la Tierra ha sufrido numerosas glaciaciones, un fenómeno desconocido para el ser humano actual pero que durante cientos de miles de años cubrió con una gruesa capa de hielo buena parte del globo.
Se han formulado numerosas teorías para intentar comprender estos súbitos cambios climáticos que en los casos más extremos produjeron un descenso de 15 grados en la temperatura media del planeta. Entre las posibles causas se ha recurrido a los cambios de la órbita del planeta alrededor del Sol o la disminución periódica de la actividad de este, que provocaría que irradie menos calor hacia la Tierra. El movimiento de los continentes es otra de las explicaciones que se barajan debido al bloqueo que las masas de tierra habrían ejercido sobre la circulación de las corrientes de agua caliente que viajan desde el Ecuador a los polos y los calientan. También se ha formulado la hipótesis de que una intensa actividad volcánica cubriera con una densa nube de cenizas la atmósfera, lo que habría impedido que los rayos solares penetrasen hasta la superficie terrestre. Incluso se ha barajado que alguna glaciación se haya debido al impacto de un meteorito.
Sean cuales sean las causas de estos cambios climáticos (tanto el enfriamiento como el sucesivo calentamiento) lo que sí está demostrado es el impacto que tuvieron sobre la vida en la Tierra. Aparecieron nuevas especies, las que fueron capaces evolucionaron para adaptarse a las nuevas condiciones o emigraron, y muchas, simplemente, desaparecieron.
A lo largo del Cuaternario, cuyo inicio se data hace 2,5 millones de años, se produjeron cuatro grandes glaciaciones, todas ellas durante la primera de sus dos etapas, conocida como Pleistoceno. A ellas tuvieron que sobrevivir primero los homínidos y, después, los Homo Sapiens. La última se denomina Würm y fue la más dura al prolongarse casi 100.000 años. No llegó a su fin hasta hace aproximadamente 12.000 años, momento en el que se inicia la etapa presente del Cuaternario, conocida como Holoceno. Würm modeló el paisaje actual de la tierra así como la mayor parte de su fauna y flora. Diversos estudios le achacan, por ejemplo, la desaparición de los neandertales. A sus últimos ‘coletazos’ se asocia también la aparición de la agricultura ya que, se argumenta, la dureza del clima obligó a las poblaciones hasta entonces nómadas a buscar nuevas fuentes de subsistencia, entre ellas el cultivo del cereal.

Las claves se encuentran en el análisis de las últimas glaciaciones y los períodos denominados “interglaciares”. Si buceamos en la historia tendríamos que remontarnos a la época del final del Pleistoceno y en concreto a las glaciaciones de Würm y de Riss. La de Würm  tuvo diversos ciclos de aumento/remisión, y fue responsable de la migración y dispersión del “homo sapiens” por los diversos continentes , es decir hace 120.000 años, y remitiendo completamente hace 20.000.   La de Riss comenzó hace -200.000 años, siendo la de Würm una especie de subglaciación con ciclos más cortos.
Los datos obtenidos del análisis en las capas de hielo de la Antártida, así como las muestras de análisis incremental de hielo en el Océano y pérdida de hielo en el continente, muestran una curiosa paradoja que remite a una hipotética situación ya acaecida en el Pleistoceno: El incremento del nivel de los mares, es el preludio de una glaciación, según las series históricas.
Pero hay muchos más indicios previos a las glaciaciones:
1º.-Cambios continuos en la capa de ozono unidos a la generación de H2SO4, como consecuencia de la Ionización por los rayos cósmicos: (Tormentas solares + Radiación Cósmica de Eventos estelares). Seguidamente ofrecemos el diagrama de conclusiones del proyecto CLOUD06/CERN (2009).
2º.-Modificación de la ratio influencia de la incidencia Solar/Incidencia cósmica. Es decir una mayor excentricidad de la órbita de la Tierra que implica un giro ligeramente más alejado del Sol en invierno y ligeramente más próximo al Sol en verano, algo que explicaría también las ligeras variaciones detectadas en la Órbita de la Luna y Otros Planetas del Sistema Solar.
3º.-Desplazamientos Sutiles en el Eje magnético de la Tierra, acompañados de un incremento en la actividad sísmica y volcánica, como consecuencia del punto 1º y 2º, en un proceso que evidencia un cambio cósmico de naturaleza cíclica.
Todo ello, justificaría la producción de hielo en lugares nuevos, y el deshielo de lugares que antes estaban cubiertos de hielo, así como el incremento del nivel de los Océanos y fenómenos de inversión térmica de carácter súbito.
Veamos sguidamente un análisis de los diferentes periodos de Glaciación en el Pleistoceno en un cuadro comparativo entre excentricidad, inclinación del eje terrestre, duración y contraste de las estaciones, en series de antigüedad que llegan hasta los 500.000 años.
Un análisis detallado muestra cómo nos encontramos en un ciclo de incremento de la excentricidad, o el final de una etapa “interglacial”. A medida que la excentricidad vaya incrementándose, habrá un mayor contraste térmico entre las estaciones.
En la gráfica superior, podemos ver marcados los puntos máximos correspondientes a  la glaciación Würm (-119.000 a -127.000, Máximo de Würm)  y si observan los Parámetros máximos de la Glaciación Riss divididos por una breve etapa interglacial. El diagrama muestra diversos máximos y mínimos de glaciación-Calentamiento, siendo el de Riss (-200.000 a -150.000) el período de mayor excentricidad de la órbita terrestre. (Que ha oscilado entre 0,01 actualidad hasta 0,04 Würm y 0,06 Riss).  el desplazamiento en el eje terrestre de 22,5º a los 24,5º de la Glaciación Riss, explica también los periodos sísmicos y volcánicos como eventos previos a las glaciaciones.
De los datos extraídos por series históricas, se aprecian “subciclos”  tanto de excentricidad, como de cambios en inclinación del eje terrestre de unos 25.000 años de duración, lo que evidencia un proceso cósmico cíclico.
En los periodos de mayor excentricidad, también aparecen restos de Iridio y SO4, lo que evidencia mayor intensidad de la radiación cósmica. A mayor excentricidad, mayor radiación procedente de otras fuentes que no son el Sol.
Este fenómeno, pone de manifiesto igualmente que la acción gravitacional del Sol no es constante, sino que fluctúa de forma logarítmica y cíclica en función de los eventos cósmicos de la Galaxia.
Respecto a los períodos interglaciales, podemos observar lo siguiente:
Las marcas interglaciales, nos muestran tramos en los que se invierte la tendencia de los ciclos, lo que supone un período de menores contrastes térmicos tras la glaciación, que se origina por un giro en el eje de la tierra a los 22,5º desde los 24,5º en el caso de la glaciación Würm, lo que propicia una mayor isolación estival.
Ahora analicemos el contraste del incremento del nivel de los Océanos en relación con los períodos interglaciares y las glaciaciones.
Existe una conexión lógica entre el incremento del nivel del mar y el comienzo de una etapa glacial. Puede verse como ya sucedió así  en el pasado como preámbulo de la glaciación Würm. Los movimientos cíclicos en el nivel del mar se corresponden con el movimiento del eje de la Tierra. Una vez más, otro indicio de ciclo cósmico.


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