DIOS Nunca da la razón al hombre por estos hechos part:1

 

La guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue el último gran conflicto europeo motivado por las divisiones religiosas y uno de los más devastadores de la historia europea, con un saldo de aproximadamente 8 millones de muertos. Lo que comenzó como un conflicto local en Bohemia, terminó involucrando a toda Europa e influyendo en el desarrollo de la era moderna. La guerra se entiende mejor si se divide en cuatro fases:
Revuelta de Bohemia (1618-1620) Participación de Dinamarca (1625-1629) Participación de Suecia (1630-1634) Participación de Francia (1635-1648) La Reforma protestante había fomentado la disensión religiosa y el malestar social desde 1517, lo que fue abordado por la Paz de Augsburgo en 1555, que estableció la política de cuius regio, eius religio ("de quien rija, la religión") por la que un gobernante elegía si su territorio sería católico o luterano (entonces la única secta protestante reconocida). Cuando el emperador católico del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II (1578-1637) se convirtió en rey de Bohemia en 1617, esto molestó a sus súbditos, en su mayoría protestantes, quienes iniciaron la Revuelta de Bohemia (y la guerra de los Treinta Años) en mayo de 1618, tras la Segunda Defenestración de Praga y el apoyo de los protestantes a su elección de monarca, Federico V del Palatinado (1596-1632).
Las fuerzas de Federico V fueron derrotadas en 1620 en la Batalla de la Montaña Blanca y la Dinamarca protestante se involucró en el conflicto en 1625, un acontecimiento al que se suele hacer referencia como la primera intervención de una potencia extranjera en la guerra aunque, en realidad, los protestantes holandeses habían estado suministrando armas y otros recursos a las fuerzas de Federico V desde 1618 y la España católica había apoyado a Fernando II. El protestante Cristián IV de Dinamarca (que reinó de 1588 a 1648) entró en la guerra por razones religiosas y para proteger sus intereses comerciales, pero también porque el rey Gustavo Adolfo de Suecia (que reinó de 1611 a 1632) estaba dispuesto a entrar en la guerra como campeón protestante, un honor que Cristián IV quería para sí mismo. La Guerra de los Treinta Años es reconocida como el fin "oficial" de la Reforma Protestante. Sin embargo, Cristián IV no fue rival para las fuerzas imperiales al mando del líder mercenario católico Albrecht von Wallenstein (1583-1634), y acordó una paz y la retirada de las tropas danesas y de los mercenarios escoceses en 1629. Adolfo había apoyado a Cristián IV desde 1628, pero en 1630, con recursos del cardenal católico Richelieu de Francia (1585-1642), se lanzó al campo de batalla contra Wallenstein. Richelieu apoyó al rey protestante contra las fuerzas imperiales católicas en aras de mantener el equilibrio de poder entre Francia y las regiones vecinas controladas por la poderosa dinastía de los Habsburgo. Después de que Adolfo muriera en batalla en 1632, los suecos continuaron la lucha, apoyados por los franceses en la fase final y más sangrienta de la guerra.No hubo vencedor, ya que la guerra concluyó en 1648 con la Paz de Westfalia (que también puso fin a la guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos), un documento que esencialmente se limitaba a reafirmar los mismos términos que la Paz de Augsburgo de 1555 en lo que respecta a la religión. Entre los resultados de la guerra se encuentran:
la soberanía de los Estados el reconocimiento del calvinismo la independencia de los Países Bajos innovaciones en la guerra la independencia de Suiza Francia como gran potencia la decadencia del Imperio español la independencia de Portugal el debilitamiento del Sacro Imperio Romano Germánico La guerra de los Treinta Años se reconoce como el final "oficial" de la Reforma protestante, ya que, al concluir, se aceptó el calvinismo junto con el luteranismo y el catolicismo como sistema de creencias legítimo, por lo que se considera que el período de desarrollo de las sectas protestantes concluyó en 1648, aunque esto no resolvió en absoluto el conflicto religioso que se desarrollaría luego; incluso hay estudiosos que afirman que la reforma continúa en la actualidad. La guerra también se entiende como el inicio de la guerra moderna, tal y como la practicó Gustavo Adolfo, y el establecimiento del sistema internacional moderno de estados, lo que marca el conflicto como un acontecimiento decisivo en la transición a la era moderna. Causas y antecedentes
La guerra de los Treinta Años fue causada por varios factores, entre ellos: la percepción de un desequilibrio de poder en la región el resentimiento hacia la dinastía de los Habsburgo y su control del comercio el debilitamiento del poder del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico los intereses comerciales en la región las disensiones religiosas Sin embargo, las diferencias religiosas y la incapacidad de resolverlas pacíficamente fueron la causa inmediata y se vieron influenciadas por las tres principales reformas religiosas europeas: la Reforma de Bohemia (c. 1380-c. 1436) la Reforma protestante (1517-1648) la Contrarreforma (1545-c.1700)

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